¿Es posible solucionar el problema de los vecinos ruidosos?

Compartir escalera con un vecino al que le gusta tocar un instrumento musical o con el típico manitas del hogar que se pone a taladrar paredes a cualquier hora del día es más habitual de lo que pudiera parecer. Tampoco resulta raro que en una vivienda del bloque organicen, frecuentemente, fiestas con amigos hasta altas horas de la madrugada. Y es que el ruido es uno de los principales focos de conflictos vecinales, sobre todo, en los bloques de pisos de las grandes ciudades. Con éste problema de convivencia lidian muchos día a día. ¿Qué hago con mi vecino ruidoso?


En la mayoría de las ocasiones, los afectados por el ruido en la comunidad de vecinos no saben cómo actuar, pero la Ley de Propiedad Horizontal (LPH) es tajante respecto a este tema. En su artículo 7.2 expone: "A los propietarios u ocupantes del piso no les está permitido desarrollar actividades prohibidas en los estatutos que resulten dañosas para la finca". Junto a las normas de nivel estatal, cada municipio regula los problemas de contaminación acústica a través de sus propias ordenanzas.
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Los pasos a seguir para acabar con este problema, principalmente, son tres. En primer lugar, hay que acudir al causante de las molestias e intentar solucionar el problema. Si la situación no mejora, hay que ponerlo en conocimiento del presidente de la comunidad para que medie en el conflicto. Y si, tras las amonestaciones, el problema persiste, los propietarios reunidos en junta podrán tomar medidas legales entablando una acción de cesación (obligar, a través de los tribunales, al causante de las molestias a acabar con su actitud).